Aún estando el s. XXI, sabemos que sigue existiendo
discriminación por sexos. Un reflejo de esto, lo vemos en las profesiones y
oficios que se desarrollan en base al sexo apoyados en los estereotipos de
género como constructo cultural con base en el patriarcado tradicional social.
Una forma de transmitir y perpetuar estos
estereotipos sexistas en la elección de profesiones y oficios, es a través del
juego. Me explico, como adultos no solo somos un referente a través del
ejemplo, si no que somos los responsables del desarrollo general de nuestros
menores. En este sentido, ciertos adultos coartamos en ocasiones la libertad de juego no
sexualizado de nuestros pequeños, o al menos lo redirigimos hacia "el
camino correcto establecido si eres niño o niña". Todos conocemos ejemplos:
cocina para niñas, muñecas, bolsos, carros de limpieza, casita de muñecas
(pasillo rosa de la juguetería); camiones, coches, tractores, trenes,
scalectris, helicopteros, construcciones (pasillo azul de la juguetería). Y
somos nosotros, los adultos los que compramos estos juguetes de una forma
diferenciada. Cuando el sentir de los menores es el siguiente:
Las niñas y los niños, quieren jugar, experimentar y
no coartar su imaginación sobre que pueden ser y pueden llegar a ser, no
quieren limitarse en su desarrollo y potencial. Y esa es una de nuestras
labores, compensar en casa a nivel privado, dar alternativas a nivel
educativo, social y comunitario. No coartar con estereotipos sexistas rancios, el desarrollo personal y profesional de los individuos.
Para todo ello, saber que existen referentes de ambos
sexos en las diferentes profesiones y que no hay profesiones para hombres y
mujeres. "Normalizar" en el s.XXI, ante los ojos de nuestros niños y
niñas (el futuro), que cualquier persona independientemente de su género, puede
desarrollarse libremente con toda capacidad, en la profesión u oficio que elija,
desde su elección propia.
Algunos datos:
Rama de actividad económica
Para analizar a los ocupados según ramas de actividad
económica y sexo durante 2015, se visualizaron solamente aquellos sectores que
concentraron en mayor medida a las mujeres ocupadas. En relación a lo anterior,
se observó que durante 2015, tanto mujeres como hombres, se concentraron en
primer lugar en la rama Comercio, con un 23,0% para las mujeres y un 17,6% para
los hombres (ver Figura 3). Por otro lado, sobre el 65,0% de las mujeres se
concentraron en solo cinco ramas económicas, destacando Enseñanza (14,2%) y
Hogares privados con servicio doméstico (11,7%) como la segunda y tercera ramas
con mayor concentración de ocupadas, respectivamente. En el caso de los
hombres, solo un 4,0% y un 1,6% se concentraron en Enseñanza y en Hogares
privados con servicio doméstico, de manera respectiva. Las mujeres fueron
quienes tuvieron mayor presencia en tres de las cinco ramas analizadas: en Enseñanza,
Hogares privados con servicio doméstico y Servicios sociales y de salud, en
donde un 70,8%, un 83,9% y un 70% correspondieron a mujeres, respectivamente.
En tanto, en las ramas Comercio e Industria Manufacturera fueron los hombres
quienes alcanzaron una mayor proporción, con un 52,6% y un 67,2%, de manera
respectiva.
Fuente: INE. Encuesta Nacional de Empleo, 2015.
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